Han transcurrido ya muchos días desde que empezaron las marchas y los bloqueos de los cooperativistas que afectaron en forma brutal las actividades cotidianas de todos los sectores de nuestro país. Felizmente se pudo lograr una tregua para que las partes pudieran encontrar una solución adecuada y mejor concertada entre el gobierno y los cooperativistas.
En este espacio transcurrido muchos fueron los que opinaron sobre el tema minero, inclusive aquellos que no tienen idea como funciona una cooperativa minera, los intereses políticos y económicos que en torno a ellos existen; además se ha puesto en evidencia que a través de las cooperativas muchos oportunistas inescrupulosos y avezados personajes se aprovechan de estas coyunturas.
Para empezar, sería conveniente explicar qué es y cómo funciona una cooperativa minera. Si algún ciudadano tramita y logra una concesión minera en un determinado lugar, realizando algunas prospecciones rudimentarias e intuitivas toma la decisión de formar una cooperativa minera en el marco de la normativa vigente con algunas ventajas comparativas consecuencia de su carácter de actividad no lucrativa, acto seguido se dotan de una instancia administrativa los que generalmente son los "manda más" y otra instancia de vigilantes de la marcha del proceso de producción siendo unos "tontos útiles" cómplices del consejo de administración.
Estas cooperativas así conformadas, tienen que entrar a un proceso de producción donde se distribuyen los parajes o frentes de laboreo de forma discrecional es decir, los dirigentes y los clanes familiares quedan con las mejores partes de la torta dura y rocosa, mientras que el 95 % de los cooperativistas trabajan en parajes marginales, insolubles y peligrosos. Por lo tanto no existe solidaridad entre ellos tal como opinan algunos aventureros que nunca vieron en su vida un socavón donde trabajan los cooperativistas, que parece un cementerio anticipado en su fatídica existencia, si desean ver gráficamente estas diferencias se puede comparar con una foto donde se muestre un dirigente a lado de un trabajador de base.
Porque los cooperativistas mineros son un sector poderoso como los han llamado algunos analistas, que inclusive pueden desestabilizar a un gobierno como el actual. Sin dar explicación coherente sobre este particular, lo que sucede es que los dirigentes cuando desean hacen prevalecer sus intereses personales (senadurías, diputaciones o ventajas del Gobierno) los convocan para marchar y hacer tronar dinamitas perjudicando a todo un pueblo, arrastrando a los engañados trabajadores de base que asisten a las concentraciones presionados por el temor de ser excluidos.
El dirigente y el trabajador humilde no tienen temor a la muerte porque en su cotidiano vivir están muy cerca de ella. Aquí quien sabe sea necesario aclarar algo que dijeron los dirigentes: "Evo así como te llevamos a la presidencia te podemos sacar de ella". Los cooperativistas por lo menos en los cuatro años de gobierno de nuestro presidente nunca estuvieron identificados con el proceso de cambio, por el contrario fueron oportunistas que lograron algunos curules en el parlamento nacional y sacaron toda clase de cooperaciones del gobierno referente a equipo y maquinaria.
Los dirigentes de los cooperativistas siempre fueron y ojalá hoy en día no lo sean palos blancos del MNR. (Los Villalobos, los Barrientos, Careaga y otros). En la época de Goni cuadricularon el país y se repartieron a su antojo. Acaso mina Bolívar no fue lo mejor que se llevó Goni aunque la empresa se llame Sinchi Wayra y todas las concesiones mineras del oriente boliviano donde existe una riqueza minera especialmente de metales pesados, incluido el oro y rocas semipreciosas.
Parece que hasta ahora simplemente se ha tocado algunos pequeños aspectos que tienen relación con el cooperativismo minero, sería conveniente recordar cuando el congreso nacional se reunía en Sucre fueron precisamente los cooperativistas desplazados desde Potosí para liquidar el congreso nacional por órdenes obviamente de quien heredo la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Ahora están instaladas las mesas de trabajo y existen dos comisiones. Una que tiene que ver las auditorías de las alianzas que habrían realizado algunas cooperativas con personas o empresas privadas violentando la normativa vigente con la complicidad de algunos actores que estuvieron en la comisión que diseño el proyecto de ley tanto de los sectores que actuaron como la presencia de algunos técnicos del gobierno. El resultado tiene que ser la sanción para los infractores o poner a derecho si es que así fuera el caso con el visto bueno del ministerio de minería y metalurgia.
La otra comisión tiene que ser inflexible con el cumplimiento de la Constitución Política del Estado y las leyes conexas. Las cooperativas mineras tienen que reivindicarse ante la historia porque las potencialidades que tiene el país son enormes.
El Gobierno y los gobiernos que vengan ya no tienen que hacer lo que hicieron (dotarles de parajes marginales sin apoyo técnico, con tiempo de vida útil muy corto), sino que el cooperativismo requiere de otras zonas de trabajo que tienen que ser prospectadas y exploradas por Sergeotecmin con un financiamiento importante del gobierno producto de las regalías, los impuestos y todo lo que pueda aportar el sector minero metalúrgico, asistencia técnica, asistencia económica, asistencia social que requieran los cooperativistas. Las cooperativas por su parte trabajar de una manera coordinada con las autoridades del sector y nunca más se pongan al servicio de intereses que privatizaron y capitalizaron nuestras empresas.
Probablemente el título que le puse a este artículo, sea un poco exagerado, a lo que se refiere es que en la vida hay que ser agradecidos y en este caso los cooperativistas tienen que apoyar al gobierno porque está en la posición correcta de garantizar el bienestar de las futuras generaciones y eso solo se logra siendo dueños de nuestros recursos naturales renovables y no renovables.
(*) Ingeniero metalurgista
Exdiputado nacional
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