Por supuesto que no tiene que cambiarse nada, sino aprobarse lo que está concertado, lo que han acordado”.
Ése fue el pedido que hizo a la Asamblea Legislativa el presidente Evo Morales el 17 de marzo, cuando se presentó el proyecto de ley minera. En ese acto, Morales compartió la presentación con los representantes de los cooperativistas, los mineros privados y los sindicalizados.
No obstante, doce días después de esa ceremonia (el 29 de marzo) la Cámara de Diputados modificó 25 artículos del texto, lo que detonó un conflicto con los cooperativistas, cuyo saldo son: cinco días de bloqueos, cuatro muertos (dos mineros, y dos fallecidos a causa del corte de vías), y la suspensión del tratamiento de esa norma.
La presentación
En su discurso, el día de la presentación del proyecto, Morales sostuvo que la aprobación respectiva en el Legislativo no tardaría mucho, pues -aseguró- el Legislativo "siempre aprueba rápidamente” cuando se trata de normas consensuadas.
Precisamente el consenso que logró la redacción de ese proyecto entre los actores del sector minero -resultado, se dijo, de un trabajo que duró al menos tres años- fue algo en que Morales y el aparato medial del Estado pusieron énfasis. "Estoy muy feliz por el esfuerzo que hacemos para concertar nuestras leyes, eso queremos hacer en todas las normas, y que no nos impongan desde afuera ni desde arriba”, sostuvo entonces Morales.
Al día siguiente el diario estatal Cambio tituló: "El Presidente y los mineros consensúan proyecto de ley”. También la separata "Discurso presidencial”, que distribuye el Ministerio de Comunicación, encabezó: "Normativa minera se construye con consenso y trabajo”.
En el Legislativo
El lunes 24 de marzo, el sitio diputados.bo informó que el proyecto de ley "fue aprobado en grande y en detalle” en la Comisión de Economía Plural de la Cámara Baja, y se mencionó que se introdujeron "algunas modificaciones”, la mayoría "de forma”.
En ese reporte también se reproducen expresiones atribuídas al presidente de esa instancia, José Yucra, quien sostuvo que la Cámara de Diputados iba a darle celeridad al tratamiento del proyecto, atendiendo las recomendaciones de Morales.
El día de la presentación del texto, Morales se refirió a eventuales cambios que se podrían dar en la Asamblea, y aseguró: "Algunos compañeros parlamentarios, por cuestiones de figuración, quieren cambiar algo, nosotros también estaremos pendientes de la aprobación correspondiente”.
El Jefe de Estado agregó: "No vamos a tardar ni tres días. Hoy voy a enviar al presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, al compañero Álvaro García Linera, pidiendo que hoy mismo derive a una de las cámaras”.
Los anuncios y los cambios
Pero la señal de eventuales modificaciones ocurrió el 28 de marzo, cuando el documento se trataba en el pleno de Diputados. Marcelo Elío, presidente de esa instancia, declaró que si bien el proyecto fue elaborado sobre la base de un consenso, se había identificado que, por ejemplo, el artículo 151 era contrario a la Constitución.
Ese punto, según la versión remitida al Legislativo por el Ejecutivo, permitía a los cooperativistas suscribir contratos de forma directa "con otros actores mineros privados o cooperativas” para la explotación de recursos.
Elío, entonces, dijo que la única instancia "que firma contratos de asociación es el Estado”, y un día después Diputados aprobó el texto con 25 modificaciones, y se lo remitió al Senado.
Esa misma jornada cuando se sancionó en la Cámara Baja el documento, el ministro de Minería, Mario Virreira, reconoció que se estaba "dando una potestad a las cooperativas que no corresponde”. Dos días después sobrevinieron los bloqueos, que duraron hasta el viernes pasado.
¿Vuelta a fojas cero?
Tras la violencia y la muerte de dos mineros, el Gobierno decidió suspender el tratamiento de la norma en el Senado. El ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana afirmó el martes que ese proceso quedaba en "fojas cero”. No obstante, al día siguiente el ministro de Gobierno Carlos Romero lo contradijo y afirmó que "hubo debilidad técnica, pero no significa que todo el trabajo que se hizo se descarta”.
La posición de los cooperativistas se hizo patente el 2 de abril en una solicitada en medios impresos, que titularon: "El ministro de Minería miente”.
En ella sostienen que los cooperativistas justificaron "legal, económica y socialmente” que ese proyecto se ampara en la Constitución.
Además, al finalizar, aseguran: "Así como estamos conscientes de que muchas de las medidas implementadas por el Proceso de Cambio tienen carácter irreversible, el crecimiento y fortalecimiento de las cooperativas mineras no la detiene nadie”.
Punto de vista
Diego Ayo
Sociólogo
Hay un lógico desgajamiento
El Gobierno cuando subió estableció un lazo marital no sólo con cooperativistas, sino con todo tipo de grupos fuertemente corporativos. Hay una estructuración corporativa del Estado, que tiene una lógica acumulativa. Si antes eran tres corporaciones las que succionaban del Estado, hoy son 20. Es un Estado que funciona de esa manera.
Entonces, lo que estamos viviendo hoy es el desencadenamiento lógico de lo que existió antes. Hoy son los cooperativistas, mañana son los cocaleros, si es que el Gobierno se atreve a sacar una ley con alguna cosa que les perjudique, o una ley de eliminación del escalafón del magisterio...
En el fondo, me parece que el Gobierno tuvo una reacción lógica. Pero una reacción después de lo que ha abierto. Es decir, han criado unas wawas malcriadas y claro cuando tienen 18 años ya se quieren subir a la cabeza, y es cuando el Gobierno los quiere frenar. No pues, ya lo fregó desde antes.
Punto de vista
roberto Laserna
Investigador
Era una alianza de tipo "rentista”
El bloque de poder se formó en base a argumentos, proyectos políticos, necesidades, demandas de tipo corporativo. Entonces, si esas demandas no se cumplen de inmediato la reacción del grupo es a distanciarse del bloque, del partido, del Gobierno.
Es decir la alianza del Gobierno con los cooperativistas es una alianza de tipo rentista, corporativista, que solamente funciona en la medida que las distintas partes pueden encontrar satisfacción a sus necesidades particulares.
Pero en la medida que empiezan a chocar los intereses unos con otros, o los intereses de ellos con los de la burocracia estatal, pues claro está que es difícil mantener esa alianza.
Por ello podemos decir que no hay una alianza política fundada en principios, valores ideológicos. Era una alianza circunstancial fundada en satisfacer intereses de grupo.
El Gobierno no ha calculado las expectativas y la resistencia de los cooperativistas.
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