El Viceministerio de Seguridad Ciudadana, dependiente del Ministerio de Gobierno, descartó incluir en el proyecto de Ley de Prevención y Lucha Contra la Delincuencia Juvenil y Pandillas la propuesta de enlistar en cuarteles a jóvenes pandilleros y delincuentes.
Lo hizo debido a que el Ministerio de Defensa rechazó hacerse cargo de la medida. Por otro lado, el proyecto prevé la creación en la Policía Nacional de una unidad especializada en el combate y desarticulación de pandillas.
PROPUESTA La propuesta de encuartelar a pandilleros como medida correctiva surgió de la VI Cumbre de Seguridad Ciudadana, realizada en La Paz el 11 de abril. En ese encuentro nacional se aprobó el anteproyecto de ley sobre pandillas, así como otros dos proyectos legislativos para reformar el régimen penitenciario y el policial.
“Ése era nuestro planteamiento como Ministerio de Gobierno; sin embargo, el Ministerio de Defensa ha rechazado participar en todo este proceso preventivo y de rehabilitación (a través de las Fuerzas Armadas), arguyendo que no son sus competencias”, informó a OPINIÓN el viceministro de Seguridad Ciudadana, Carlos Aparicio.
Dado que el reclutamiento quedó fuera del texto del proyecto de ley, Aparicio explicó que la alternativa consiste en que las gobernaciones y municipios del país construyan centros de rehabilitación para los jóvenes infractores de la ley. Además, “vamos a incorporar también a los padres de familia, quienes deben acompañar a sus hijos, no como una sanción, y ser partícipes de toda la etapa de rehabilitación”.
En junio se supo que el proyecto de ley prevé también sanciones para los padres, para que estos asuman responsabilidades en la reparación de los daños civiles ocasionados por sus hijos menores de edad y, del mismo modo, para los profesores que no reporten oportunamente la presencia de pandillas o el consumo de alcohol y drogas en las unidades educativas.
UNIDAD ESPECIAL Aparicio adelantó que otra de las disposiciones contenidas en la propuesta legislativa es la creación de la Unidad de Lucha Contra las Pandillas en la Policía. La misma estará dedicada a combatir y desarticular a estos grupos delictivos. Desde ella se hará un seguimiento a la información que la ciudadanía pueda proporcionar, así como una persecución a los líderes de las pandillas, indicó.
Según el viceministro, el Ministerio de Gobierno ya concluyó con la elaboración del proyecto de ley, el cual será remitido ahora al Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conapes) de ministros, para su aprobación u objeciones. No obstante, añadió, “la mayoría de los ministerios ha planteado ya sus correcciones, opiniones y aportes”.
La propuesta fue socializada además con las Defensorías de la Niñez y Adolescencia, organismos internacionales que trabajan en el tema, y con gobiernos subnacionales. Aparicio calcula que dentro de una o dos semanas, el proyecto será remitido a la Asamblea Legislativa para su tratamiento.
David Ramos Mamani, presidente de la Comisión de Gobierno, Defensa y Fuerzas Armadas de la Cámara de Diputados, señaló que hace tres semanas, y junto con el Ministerio de Gobierno, se sistematizó el anteproyecto para “enriquecerlo, mejorarlo y para que pueda ingresar por conducto regular a la Asamblea”. En todo caso, el tratamiento de la ley comenzará en agosto, cuando el receso legislativo culmine.
“La aprobación de la ley irá acompañada de un trabajo institucional e integral en el ámbito de la prevención, utilizando la propia ley. Vamos a hacer que entre en vigencia inmediatamente y vamos a articular esfuerzos”, complementó Aparicio. En términos de prevención, la futura norma contempla un trabajo interinstitucional que involucra a diferentes instancias y niveles de Gobierno. “Queremos que se ponga en la currícula educativa el tema de prevención contra las pandillas”, anticipó el diputado David Ramos Mamani.
Nuevos tipos penales y sanciones
El proyecto de ley sobre delincuencia juvenil y pandillas prevé cambios en el Código Penal a través de la incorporación de nuevos tipos penales, entre ellos el de pertenencia a una pandilla y el de organización criminal relacionada con pandillas. Así lo adelantó el viceministro de Seguridad Ciudadana, Carlos Aparicio, quien dijo que actualmente, al no estar tipificada la pertenencia de una persona a ese tipo de grupos, es difícil procesarla si no se la encuentra en la comisión flagrante de un delito específico.
La futura norma disminuirá las atenuantes en la comisión de un delito para las personas menores de edad. Con la normativa actual, se aplica una atenuante de cuatro quintas partes de la pena. El proyecto de ley sobre pandillas disminuye la atenuante a tres quintas partes. Según convenciones internacionales, un niño o adolescente solo puede recibir una pena de 10 años en un centro de reclusión o un reformatorio, algo que se va a respetar en el anteproyecto, explicó Aparicio.
Según el Viceministro, el objetivo del proyecto de ley no es reprimir a los menores de edad, sino sancionar severamente a las personas que conforman pandillas y que reclutan niños, niñas y adolescentes para inducirlos al consumo de alcohol, drogas y a la comisión de actos delictivos. “Todas estas actividades ilícitas a las que incorporan a menores de edad serán sancionadas directamente y el líder de la pandilla asumirá la responsabilidad”.
Existen 269 pandillas en el país y algunas tienen filiales
El Viceministerio de Seguridad Ciudadana ha identificado la existencia de 269 pandillas a nivel nacional. Algunas de ellas cuentan con filiales en más de una región. Además del eje central, estos grupos ahora se han conformado en ciudades intermedias, fronterizas y en lugares en los que antes no existían. Quienes los lideran, buscan posicionar la idea de que pertenecer a una pandilla “está de moda” para captar a integrantes cada vez más jóvenes.
“Tenemos contabilizadas 269 pandillas a nivel nacional con un promedio de 30 a 25 integrantes; estas pandillas se dedican a consumir sustancias ilícitas, al microtráfico (de drogas), al consumo de alcohol y a la comisión de delitos”, señaló el viceministro de Seguridad Ciudadana, Carlos Aparicio. Esos delitos, detalló, los cometen varias personas. Se trata de robos agravados con uso de armas punzo cortantes y a veces con armas de fuego.
A decir de la autoridad, estos grupos generan inseguridad en barrios alejados y emergentes de ciudades como El Alto y Santa Cruz, en la zona central de La Paz y en la zona sur de Cochabamba. También se los ha visibilizado en centros urbanos intermedios, fronterizos y en regiones donde antes no había pandillas como Beni. “Son pandillas con filiales; por ejemplo Bola Ocho de Santa Cruz se ha ido expandiendo a otros departamentos, tiene filiales en Beni y Pando que no tienen una relación de organización, pero sí el mismo nombre y preocupa que se quiera posicionar una cierta pandilla a nivel nacional”.
El martes, el fiscal departamental de Beni, Edil López, informó que 17 personas, presuntamente integrantes de una pandilla en Riberalta, fueron detenidas preventivamente tras ser imputadas por los delitos de lesiones gravísimas y tentativa de homicidio tras agredir con machetes a dos ciudadanos el domingo 17 de julio. Cinco de ellas son adultos y las otras doce, menores de edad.
PRESENCIA “En Cochabamba tenemos sobre todo el problema de los llamados polillas o personas en situación de calle, aunque también existen pandillas en zonas más alejadas, hay pandillas violentas sobre todo en la zona sur de la ciudad y en sectores como Quillacollo, Tiquipaya, Sacaba y Molle Molle”, precisó Aparicio.
La situación, aseguró, empieza a ser controlada con operativos y patrullajes policiales permanentes.
El 3 de abril, Velka Krellac, directora de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía de Cochabamba, dijo que la ciudad es la tercera con mayor número de pandillas. La Paz ocupa el primer lugar, seguida del departamento de Santa Cruz.
FACTORES Consultado sobre lo que motiva a un joven a pertenecer a una pandilla, Aparicio señaló que se tenía la idea de que esos grupos se conformaban por falta de afecto en el hogar, por adolescentes que buscan identidad y reconocimiento de los demás. No obstante, añadió, se ha visibilizado que últimamente quienes conforman pandillas “quieren ponerlo de moda”. Se trata de adultos que “les van mostrando a personas muy jóvenes el mundo de la diversión, de las fiestas, de las chicas, del consumo de alcohol y drogas. Son tentados a esa vida de libertinaje, ya luego los arrastran a la comisión de delitos”.
EDADES Según el Viceministerio de Seguridad Ciudadana, los líderes de las pandillas son generalmente delincuentes adultos, de entre 35 y 40 años de edad, que se dedican a conformar esos grupos para tener una especie de brazo operativo y de respaldo, un grupo de choque para trasladar su violencia al ámbito juvenil. En cuanto a la edad de las personas que son captadas para integrar las pandillas, la misma se ha reducido últimamente a 13 y 14 años, cuando antes era de 15 años hacia arriba.
Diputados trabajan en reformas a norma de Seguridad Ciudadana
La Comisión de Gobierno, Defensa y Fuerzas Armadas de la Cámara de Diputados trabaja en un proyecto de ley para modificar la Ley 264 de Seguridad Ciudadana y hacer que la misma sea más operativa, permita la participación directa de la Policía y haga que el presupuesto asignado a los gobiernos departamentales y municipales sea ejecutado de manera óptima.
Así lo informó a OPINIÓN el diputado David Ramos Mamani (MAS), presidente de la Comisión. “La Ley 254 tienen muchos vacíos que no permiten una ejecución presupuestaria óptima y eficaz del 10 por ciento del IDH (Impuesto Directo a los Hidrocarburos); planteamos la modificación para que (la norma) sea más operativa, dinámica y permita alcanzar la ejecución presupuestaria”, explicó.
Por otro lado, agregó, la Policía no participa en la elaboración de los Planes Operativos Anuales (POA) que desarrollan las gobernaciones y municipios. Lo que el proyecto de ley plantea es que la Policía sea ahora un actor central en el desarrollo de los POA. “Otro de los propósitos fundamentales (del proyecto) es dar celeridad a los Consejos Departamentales y Municipales de Seguridad Ciudadana, que hasta ahora no funcionan. Queremos establecer cuántas reuniones habrá en la gestión para diseñar políticas que aborden la seguridad ciudadana de manera directa; ello daría lugar a que ese presupuesto que reconoce la ley sea utilizado de manera más óptima y alcance a toda la población”.
La Comisión que preside Mamani trabaja además en el anteproyecto de ley para reformar el régimen penitenciario del país. El mismo, adelantó el diputado, plantea la humanización de las penas y la clasificación de la gente que ingresa a las cárceles en personas peligrosas y reincidentes, y en aquellas con penas leves que pueden ser más fácilmente reinsertadas en la sociedad.
EDUCACIÓN Para Carmen Carvajal, presidenta de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), las pandillas constituyen “un tema muy preocupante que no lo arregla la ley, sino que lo tiene que arreglar la educación”, la cual tiene que darse en la niñez. “Educar a un adulto es muy difícil, un niño la recibe y está abierto a ello, y ese niño tiene que llegar con valores a ser joven”. Como concepto, añadió, la pandilla implica tener amigos, algo positivo desde lo social, el para qué necesita de otros es lo que hay que analizar.
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