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viernes, 18 de octubre de 2013

Mientras no aprueben la nueva ley, la minería seguirá postergada

No sólo es la demora de días o semanas, el caso es que pasan meses y el tiempo en que tarda la aprobación de la nueva ley minera, hay que contar en años lo que significa una prolongada espera que detiene un necesario proceso de readecuación del sistema productivo minero a las actuales condiciones de orden competitivo con los países vecinos y a los propósitos de mejorar las inversiones para tareas de prospección, exploración y extracción de nuestros recursos mineralógicos.

Con cierta frecuencia noticiosa se conocen algunos trascendidos en medios periodísticos en base a datos que se "escurren" en el proceso de análisis del contenido del proyecto de ley, empero la condición parcial de tales informes sirve tan sólo para crear expectativas diversas, sin ninguna seguridad sobre lo que significará en realidad la importante normativa que movilice la minería del país en su conjunto y todos sus sectores.

Si bien el Gobierno afirma que en el momento ninguna empresa estatal minera tiene déficit, es bien cierto que las mismas están trabajando en los límites más o menos razonables del equilibrio costo– producción, de ahí que las variables que puedan darse en materia de precios internacionales constituirán un latente peligro en el sostenimiento de operaciones. El estaño recuperó su precio y se mantiene por encima de los 10,50 dólares la libra fina. Hay que recordar que su límite operable antes de la franja roja que es de 8,60 L.F., tope mínimo que por supuesto sólo se alcanzaría en un proceso extremo en las transacciones de los mercados externos de minerales.

Lo que se reconoce es que pese al mantenimiento de los límites permisibles en el precio de algunos minerales la recaudación de regalías, en el caso especial de nuestro departamento bajó, con relación a la pasada gestión, debido al de-

scenso en el precio de algunos minerales, el caso del oro, plata y estaño que no recuperaron plenamente sus precios y obligaron a una tarea de reforzar los volúmenes de producción para compensar el bajón de precios.

Expertos y analistas en la actividad minera advierten oportunamente que por una serie de variantes en procesos industriales de las grandes capitales, el año que viene podrían registrarse bajas cotizaciones en varios minerales, lo que debería motivar a las autoridades del sector, tanto del Ministerio de Minería y Metalurgia y la Comibol tal como está o bajo su anunciada recomposición, adoptar políticas previsibles para no caer en el colapso del sector productivo minero que ocasionaría serios daños a la economía nacional.

Hay una serie de contingencias que se producen en la actual coyuntura económica del país y que si bien respaldan plenamente la producción de los hidrocarburos, como principal sector generador de regalías nacionales, lo cierto es que debe tomarse en cuenta la aplicación urgente de una política minera que relance la actividad minera en todas sus etapas y sectores para encarar de manera efectiva la consolidación de un gran proyecto de desarrollo basado en el uso de todas nuestras fuentes de riqueza natural no renovable.

Los datos de expertos son reveladores para definir la aplicación de la nueva ley minera, especialmente en términos que favorezca las inversiones, incentive los proyectos de prospección y exploración garantizando, por supuesto, la fase siguiente de la explotación de los recursos minerales pero en condiciones de competitividad para atraer capitales, aprovechar tecnología de punta y cumplir las condiciones más adecuadas a los propósitos de promover una minería de alta productividad y rendimiento positivo.

Las cifras que registran las estadísticas en minería claramente demuestran las diferencias entre una producción privada del sector mediano que genera 32 veces más que todas las cooperativas, mientras que la Comibol genera casi 10 veces menos que la minería mediana y sólo 3,6 más que las cooperativas. Las diferencias son la prueba de ineficiencia en la política minera, por falta de un código minero debidamente reglamentado que permita desarrollar todas las potencialidades del sector productivo minero, pero bajo un nuevo concepto de facilitar las condiciones para aumentar los volúmenes de producción y arrancar con los proyectos para industrializar nuestras materias primas, es un largo proceso pero debe comenzar cuanto antes.

La aprobación de la ley minera, previo consenso en los sectores interesados, no debe prolongarse por más tiempo, hay urgencia de contar con un conjunto de normas para aplicar con todo el respaldo legal que amerita una estrategia global que cambie el largo proceso de indecisiones e indefiniciones considerando que las condiciones en la competencia externa son las mejores en un periodo en que todavía pueden aprovecharse los precios externos y las "revueltas" en las que se desempeñan las economías de los países capitalistas donde más tarde o más temprano, requerirán nuestros minerales, mejor si les vendemos más adelante con valor agregado.

El caso Comibol o posiblemente Ecormin, seguramente estará inserto en el legajo de las normas mineras, pero ojalá fuese con una nueva estructura que haga de esa institución el brazo operativo del MMM, donde si bien se entiende que deben crearse las estrategias globales no se puede dejar al azar los otros temas que están relacionados con el cumplimiento de proyectos más dinámicos, como el caso Mallku Khota, donde debe efectuarse una millonaria inversión para poner en marcha un proyecto de alta rentabilidad, sólo como ejemplo en lo que atañe a la minería tradicional, porque otro cantar es el que debe operarse en el caso del litio y el Mutún y el caso Karachipampa, los macroproyectos de la minería que siguen avanzando entre tropezones y zancadillas. La Ley Minera, remozada y adecuada al tiempo actual, es una necesidad entre las prioridades del progreso nacional.



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